Hoy las nubes no me dejan ver las estrellas, y la cantidad de polvo estelar que guardo dentro de esta cabeza loca está cambiando mi clima interno, está helando mi cuerpo, mi mente y mis sentimientos.
Vago a ochenta por hora sin pensar en las permisiones de la ciudad, de los coches, de la gente y la velocidad hace que las lágrimas salgan más rápido de mis ojos.
Vago sin rumbo, sin un lugar concreto al que ir, sola, justo como a mi me gusta, a ninguna parte tal como un día haré para no regresar más.
Y me siento en el mismo lugar de siempre, donde voy a pensar, donde voy a recordar que todo en esta vida es efímero; por suerte o por desgracia,. Ahí donde empezó todo.
Ahí donde algún día espero que vayas y yo esté allí, que te sientes a mi lado como aquellas dos noches, solo dos noches con un año de diferencia y que me digas que echarás tanto de menos lo que antes nos unía como yo, eso que para mi siempre fue incondicional, eso que sigue haciendo que seas una pieza de ese rompecabezas humano que jamás podré completar, porque se ha ido la pieza más importante para mí, se marchó sin hacer mucho ruido; pero se fue y me dejó, realmente, incompleta.
Se fue y no miró atrás, se fue y me lleno de frío.
NUNCA supe mentir, jamás. Pero al parecer es bastante fácil hacer creer algo a alguien que cree conocerte, pero que en realidad no lo hace.
Cuídate, pero sobre todo cuida a esa persona de la que me enamoré, a ella la seguiré queriendo siempre.
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