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miércoles, 21 de marzo de 2012

Escribo.∞

Tengo guardados bajo llave cientos de recuerdos, tenía guardados en un cajón las cosas más importantes para mí.
La primera vez que saqué algo de ese cajón nunca tuve la esperanza de que volviera a mis manos, ni siquiera lo reclamé, pero los recuerdos que acaban de salir de él los quiero ya de vuelta, me quema el corazón no tenerlos.
Aunque pueda que cuando los vuelva a tener entre las manos me duela verlos, por eso están en ese cajón esperando a que un día sea capaz de mirarlos sin importar el fondo, solo los recuerdos, solo las imágenes que eso conlleva, solo las sonrisas que trajeron; y por supuesto las que han dejado aquí dentro.
Creo que nunca pedí mucho y creo que ese fue mi error, no pedir más que lo que realmente quería para que  me dieran la fracción que me haría feliz, pero ya es tarde para reclamar nada. Ya es tarde para pedirte que me hagas feliz, otra vez, y otra, y otra, como tantas antes.
Muchas veces escribo solo por mantenerme viva, para recordar que tengo sentimientos, que siguen ahí escondidos y que todavía me queda mucho por lo que llorar; que esto es pasajero, que es real y que duele pero que no merece las lagrimas que está derramando hasta hoy y las sonrisas que esta arrebatando...
Muchas veces escribo para algún día tener con que recordar que es el verdadero dolor y recordar el qué y quienes consiguieron que se borrara aunque solo fueran unos instantes.
Muchas veces escribo demasiado pero hoy, como de costumbre, un poema puede entenderme mejor que cualquier persona de este mundo.

Escribo...,
para mantener distraída a la amargura.
Esquivo...,
sus dardos con palabras, mi armadura.
Y callo...,
porque digo más en mis silencios
que engañando a las palabras
con sentimientos adoptados.

Escribo, esquivo y callo,
y a menudo lloro en un folio.
Mis lágrimas son tinta, y no hallo
mejor ataque que un poema
ante tanto olvido,
ante tanta pena.

Escribo...,
para curar mi alma rota.
Grito...,
para que el silencio no me coja.
Y curo...,
mis heridas con un verso,
mis miedos con palabras
y los lloro en una hoja.

Escribo...,
para mantener a distancia la locura.

Y ahora, a día de hoy puedo decirte que NO Te quiero.

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