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martes, 1 de mayo de 2012

Historias de media noche.∞

Hoy me he vuelto a sentir como una niña pequeña (bueno, realmente algo más pequeña) sentada, delante de la tele con los ojos encharcados de felicidad y una sonrisa de oreja a oreja, comentando todas y cada una de las frases de mi película preferida, agarrada a un cojín y mordiéndolo, como nadie antes me había visto así de emocionada. Creo que ya me tocaba ser feliz durante setenta y cuatro cortos minutos, volver a sentirme viva, o quizá en este caso podría decirse que me he sentido más bien muerta, un cadáver. Si he bajado a ese mundo que hay bajo tierra, lleno de color, de música y donde los sentimientos son más fuertes que sobre ella, donde el amor es de verdad y el perdón en si no existe, y solo la muerte de un sentimiento puede reemplazarlo.
Entonces como siempre vuelvo a pensar en ti y en esa nota que tienes en una copa, la misma copa de la que Victor Vandort iba a beber para morir y poder casarse con Emily, de la misma que bebería mil veces y moriría otras tantas por despertar cada mañana a tu lado.
Te rescataría siempre del mundo de los vivos, ese mundo gris y sombrío del que últimamente nada más que se oye hablar y te traería a mi cielo personal; con esas canciones que escuchamos juntos de fondo, esas películas tontas, esas palabras inteligibles que solo tu y yo entendemos y esos momentos en los que me pregunto el  porqué tú y porqué tan perfecto, no literalmente, pero siempre lo serías así para mi.
Pero como siempre los sueños se esfuman y volvemos al mundo de los vivos, tras esos cortos setenta y cuatro minutos y las sonrisas se volatilizan en forma de mariposas azules que se alejan hacia la luna en mitad de una noche estrellada, las cosas no siempre son como queremos que sean, pero todo ocurre en esta vida por algo.
Solo tengo una cosa que añadir a todo esto.

-Te quiero hoy, mañana y todos los días de mi vida.-

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